viernes, 21 de marzo de 2014

Proyectos pianísticos

Hoy vengo cargada de cosas, aunque no puedo contároslas todas.

De momento os diré que estoy preparando una web profesional y estoy en plenas sesiones de fotos. Me las hace un gran fotógrafo y amigo, Miguel Álvarez. Aquí os dejo su web por si queréis echar un vistazo: http://miguelauria.tumblr.com/

Le dije que quería algo diferente y lo ha captado enseguida. ¡¡Las propuestas que me ha hecho, son fantásticas!! Os dejo una foto de pruebas, a ver qué os parece:





Mañana continuamos, esta vez con un pianazo de cola. Creo que también en blanco y negro...  :)


Por otro lado, estoy un poco decepcionada. El día 6 de abril tenía un concierto en el Ateneo de Madrid. Tenía muchísimas ganas de ese concierto, pero por motivos de la sala, lo hemos tenido que trasladar a agosto, a una fecha aún sin determinar. Os iré informando de fechas.


Aunque no todos los proyectos se aplazan. El día 5 de abril tengo concierto en Segovia, en el Casino de la Unión, a favor de la Cofradía de Exalumnos Maristas ADEMAR. Ya os contaré un poco más adelante, pero va a ser un concierto comentado. Algo diferente.

¡¡En breve os cuento más proyectos!!

¡¡Un besito a todos!!

domingo, 2 de marzo de 2014

Una grande grande... grandísima

Lo siento, os he abandonado demasiado tiempo. No he parado. Y cuando he tenido ratos... me he puesto a otras cosas como cocinar (ya os conté en la anterior entrada que me estaba aficionando).

Pero se acercan conciertos y proyectos y antes no puedo dejar de contaros otras cosas.

La primera, en esta entrada. El 30 de noviembre tocaron en el Auditorio Nacional Martha Argerich y Gidon Kremer. Pese a que parezca una locura, cogí entrada, cogí vuelo y no quise perderme esa oportunidad.

Y no defraudó. Para mi "la Argerich" es una de las más grandes. Me encanta. Sencillamente.

El concierto fue magnífico. Jamás escuché un piano sonar como cuando toca ella. Los bises que hicieron fueron brillantes. Sé que Kremer no desmerece, pero como pianista que soy, salí obnubilada.

Al salir, cual fan histérica, busqué desesperadamente los camerinos hasta que dí con ella. Seríamos unas veinte personas. Nos atendió a todos, hablaba y contaba cosas. Y cuando el organizador quiso echarnos, ella dijo que sólo necesitaba un cigarrito. Que bajásemos con ella a la puerta del auditorio y que allí nos atendía sin problemas.

Así que además de pasar un rato con ella (y con una pequeña legión de seguidores) conseguí su autógrafo y varias fotos.






Más feliz que una perdiz me volví a Coruña. Fue una experiencia inolvidable. ¡¡Qué mujer tan fantástica!! Qué energía, qué manera de tocar, qué cercana... ¡qué todo!

Al día siguiente tocó reponer fuerzas con unas porras (que por estas tierras gallegas no saben lo que son) y un chocolate.



En la T4, en la misma puerta de embarque, me encontré a Kremer. Volvía de tocar en otro sitio. ¡¡Unos cracks!!